El departamento que le ofrece a Sara el agente inmobiliario reúne todas las características que ella desea: bajo precio, amplitud, luz y una hermosa vista. Sólo tiene un pequeño “inconveniente”: la dueña del piso vivirá en él hasta el día de su fallecimiento. Lola (de más de setenta años) ha sido operada del corazón en dos ocasiones y sin duda no aguantará mucho más. Sobre todo si sigue fumando una cajetilla diaria y bebiendo todo lo que se le pone enfrente.
Sara decide comprar el departamento y esperar; pero… los acontecimientos no siempre se desarrollan tal y como uno los había planeado…